La extinción es la desaparición total de una especie en el planeta. Durante la larga historia del planeta han habido muchas extinciones causadas por cambios climáticos, vulcanismo, inundaciones, sequías. Sin embargo, en los últimos años la gran mayoría de las extinciones de flora y fauna se deben al impacto directo o indirecto de las actividades humanas
Extincion De Fauna
Durante los últimos 2,000 años, el mundo ha perdido, por extinción, más de 100 especies o subespecies de mamíferos. Aproximadamente dos tercios de estas pérdidas han ocurrido desde mediados del siglo 19, y la mayoría desde inicios del siglo 20. Además de esos mamíferos ya extintos, muchos más están desapareciendo o amenazados.
El factor principal en la disminución de la fauna mundial ha sido la sociedad humana moderna, operando ya sea en forma directa a través de una cacería comercial excesiva o, lo que es más desastroso, indirectamente por invasión o destrucción de los hábitats naturales, dando armas de fuego a quienes antes no tenía o la introducción en ciertas áreas (Australia y muchas islas) de mamíferos exóticos más agresivos.
Comparativamente pocas especies parecen haber desaparecido en los últimos años debido a senilidad evolucionaria, enfermedad o cambio climático. Los interesados en la conservación de la vida silvestre reconocen que se requiere mucho más que una simple protección de animales individuales.
La conservación de los animales debe empezar con la conservación del hábitat, el área donde los animales se alimentan, descansan y se reproducen. Desde luego que esto involucra mucho más que la simple preservación de la población animal, e incluye la conservación del suelo y la cubierta vegetacional.
Pero el inmenso crecimiento de la población humana mundial y sus necesidades económicas en expansión, promoviendo la consiguiente extensión e intensificación de la industria y la agricultura, ha invadido los hábitats naturales que todavía permanecen en el mundo. Esto ha estado asociado con la introducción de nuevos tipos de cultivo, drenaje de humedales, descenso general de la capa freática, contaminación de ríos y lagos, destrucción de los bosques, y el uso indiscriminado de insecticidas y herbicidas. En muchas partes del mundo, ha ocurrido una destrucción amplia de los bosques y de grandes zonas de vegetación natural.
Las actitudes hacia los animales salvajes factibles de ser muertos para alimento, aceite, pieles, plumas o deporte, han ido sufriendo cambios considerables en muchas partes del mundo.
Un ejemplo que ilustra bien las actitudes anteriores es el de Gran Bretaña que estuvo implementando durante dos siglos la llamada "protección de los animales de cacería"; el propósito original fue crear artificialmente altas poblaciones de especies deportivas (perdices, faisanes, patos, etc) mientras que, al mismo tiempo, se reducían las poblaciones de los animales depredadores, incluyendo los buhos. Esta alteración del equilibro natural tuvo muchas otras consecuencias, particularmente en la agricultura y la silvicultura.
Las poblaciones de conejos y palomas aumentaron rápidamente y causaron daños muy amplios. En algunos lugares de Gran Bretaña, el paisaje fue alterado sembrando bosques y la creacción de otras áreas nuevas, incluyendo lagos artificiales para las aves acuáticas –todo con el propósito de crear grandes poblaciones de ciertas especies cinegéticas.
Estas y otras medidas resultaron en que a las especies de caza les fue excepcionalmente bien mientras que otras especies salvajes tuvieron otra suerte. La visión moderna es diferente: la conservación total de la vida silvestre, y esta visión está reemplazando rápidamente a la protección exclusiva de las especies cinegéticas.
Flora en extincion
Las Especies de plantas consideradas en peligro de extinción: Cuando se encuentra en peligro su existencia globalmente. Plantas en peligro de extinción: Esté gran problema mundial se puede deber tanto por la deforestación directa de la especie o la desaparición de algún recurso del que depende, la acción del hombre produce muchas veces cambios en el hábitat de plantas y árboles, de hay la amenaza de plantas en peligro de extinción en nuestro planeta también por cambios de clima (% de minoría) donde su porcentaje no es muy alto.
Las plantas seres vivos importantes para nuestra hábitat, proporcionan aire para el ser humano, agua potable, alimentos, combustible y sobre todo medicinas. Sin embargo, un gran porcentaje de plantas se encuentran al borde de la extinción, se unen a los grupos de seres amenazados del planeta.
Un estudio de la unión internacional para la conservación de la naturaleza (UICN), el número total de plantas amenazadas asciende a 380.000 en todo el mundo. Selvas tropicales son las regiones más amenazadas del mundo, y las plantas de semillas las especies en mayor peligro. Los principales culpables de esta situación son los seres humanos.
En zonas la destrucción de la flora llega ha amenazar nuestro planeta, el continente americano es uno de los más afectados. México, Argentina, Brasil, Colombia, chile son algunos de los más afectados por el peligro en extinción de su flora.
Las plantas fueron incluidas en la lista roja de la UICN (unión mundial para la naturaleza) fue durante 1997. Casi 370 fueron consideradas como amenazadas. Sin embargo, solo se incluyó plantas vasculares (helechos, coníferas y plantas que producen flores), es decir, estaban en peligro de extinción muchas más variedades.
El crecimiento inesperado de plantas amenazadas en nuestro planeta va en aumento cada año las plantas consideradas en peligro de extinción se cuentan por miles, la deforestación provocada por acciones humanas, que destruyen un gran porcentaje de la superficie forestal de la tierra, es directamente causada por hombre sobre la naturaleza, principalmente debido a las talas o quemas realizadas por industrias de madera.
Principales causas de esta situación, la sobre explotación, prácticas agrícolas y forestales , así como la deforestación, la destrucción de hábitat, la contaminación y el cambio climático, la gran mayoría de estas especies proviene de la recolección silvestre, su vulnerabilidad es mucho mayor, en algunos países, la pérdida de especies es especialmente significativa.
Otro de los grandes problemas que tenemos con nuestra naturaleza en concreto con lasplantas en peligro de extinción es el comercio de las especies amenazadas donde nuestras especies vegetales son exportadas a otra hábitat donde puede llegar a producir problemas para nuestro ecosistema y quedar extinta nuestra flora, el objetivo de muchos países y gobiernos es regular el comercio de especies en extinción con el objeto de asegurar su supervivencia
Su localización se debe a que en esta zona del Océano Pacífico se ubica uno de los cinco mayores giros oceánicos del mundo, un área remota comúnmente llamada Horse Latitudes. Estos giros se forman debido al encuentro de varias corrientes oceánicas, lo cual provoca el aglutina miento de los deshechos esparcidos en el mar. Se calcula que un deshecho proveniente de la costa oeste de Norteamérica tarda unos 5 años en llegar a esta isla, mientras que los desechos de las costa este de Asia lo hacen en un año o menos.
Por supuesto, el 100% de los desechos son de origen humano. Se han llevado a cabo estudios que confirman que el 80% de la basura acumulada en este vórtice proviene de zonas terrestres y el 20% de barcos. Entre los materiales que componen la susodicha mancha de basura, se encuentra de todo: desde las típicas bolsas de plástico y redes de buques pesqueros, hasta conos de señalización de tráfico, zapatos, bombillas y todo producto antrópico que se pueda uno imaginar.
A todo ello, hay que añadir algo todavía más preocupante: la foto desintegración constante y repetida de los materiales plásticos en fragmentos cada vez más pequeños, que impregnan las aguas y llegan a alcanzar tamaños moleculares, cientos de veces más pequeños que un grano de arroz. Esto implica que dichas moléculas plásticas pasan directamente a la cadena alimentaria.
Las explotaciones pesqueras o pesquerías son los esfuerzos organizados para capturar peces u otras especies acuáticas mediante la pesca. Generalmente las pesquerías tienen por objeto la obtención de recursos alimenticios para su comercialización. En la pesca industrial se buscan también subproductos como aceites y harinas que no van destinados al consumo humano directo. Sin importar el destino de las capturas, el término pesquería se refiere al esfuerzo pesquero realizado en una región determinada o sobre una especie en particular, usándose indistintamente ambos criterios para definirlas. Se habla por ejemplo de las pesquería desalmónenAlaska, la pesquería demerluzadel Atlántico, las pesquerías deatúndel Pacífico, etc. La mayor parte de las pesquerías son marinas y basadas cerca de las costas. Esto último es debido a que en general las aguas que se extienden sobre laplataforma continentaldesde las costas, son más ricas en fauna gracias a una mayor disponibilidad de nutrientes, provenientes del continente o de fenómenos desurgencia.
La captura indiscriminada de peces de pequeño tamaño que lleva a cabo la pesca industrial está poniendo en serio riesgo la subsistencia de numerosas especies de aves marinas en todo el mundo. El consumo mundial de pescado continúa aumentando, lo que provoca que se multipliquen unas piscifactorías que en su mayoría utilizan harinas animales fabricadas con especies de pequeño tamaño para alimentar a especies carnívoras como el salmón, el atún o el bacalao que encontramos en los mercados europeos.
La pesca a gran escala, la que se lleva a cabo sin ningún tipo de control y arrasa con todo tipo de ecosistemas y especies reúnan o no las condiciones para ser comercializadas, tiene unas consecuencias que van más allá de la propia mar. En efecto, tal y como demuestra un reciente estudio publicado por la prestigiosa revista Science, esta pesca industrial está amenazando seriamente la existencia de las aves marinas.
Los desastrosos efectos de la sobre pesca en las poblaciones de peces son de sobra conocidos. Sin embargo, la fauna marina no es la única víctima de esos métodos industriales de pesca: un estudio dirigido por el investigador francés Philippe Cury, director del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), muestra que la escasez de peces podría conllevar una importante disminución de las poblaciones de aves marinas.
No sólo el alcatraz, el albatros y las gaviotas son víctimas de los kilómetros de redes que se encuentran en los océanos y entre las que se enredan y ahogan. Según las investigaciones de Philippe Cury, las aves marinas se ven obligadas a competir directamente con los pescadores por su alimento. La mayoría de estas aves se alimentan de pequeños peces como sardinas, anchoas y algunas más que, normalmente, se capturaban sólo en el ámbito de una pesca artesanal o local y que ahora se han visto arrasadas al igual que todo el ecosistema.
La población de peces pequeños se está viendo diezmada en las aguas de todo el mundo. Estas especies, que no tienen un valor comercial alto, sin embargo están siendo capturadas de forma masiva, lo que amenaza su existencia en un futuro próximo. Estas especies se usan mayoritariamente para la fabricación de harinas animales utilizadas en piscifactorías. De esta forma, al adquirir en el supermercado atún, salmón y bacalao, estamos colaborando con la extinción de estas especies tan pequeñas como necesarias. Además, estos peces constituyen el alimento de los pollos criados de forma intensiva en naves industriales, una práctica poco ética y muy irrespetuosa con el medio ambiente.
Los peces de pequeño tamaño representan en la actualidad un tercio de las capturas mundiales, y constituyen la base alimenticia de las aves marinas. Los efectos de esta pesca masiva e irresponsable ya se están haciendo notar en Europa, donde la población de frailecillos y varias familias de gaviotas está disminuyendo de forma alarmante, al igual que la población de pingüinos en el hemisferio sur. Según el estudio de Philippe Cury, estas aves están seriamente amenazadas por este fenómeno debido a la dificultad que encuentran para alimentarse y a la consiguiente debilidad física que les impide reproducirse y alimentar a sus crías.
¿Qué podemos hacer ?
Para contribuir a la conservación de estos animales y al delicado equilibrio del ecosistema, el consumidor debería frenar o disminuir el consumo de pescado y carne. Por otro lado, es necesario denunciar este fenómeno ante los responsables políticos para que se prohíban estas técnicas de pesca destructivas que esquilman las aguas y suponen un impacto de enormes dimensiones que afecta a diversos ámbitos y especies animales.
La técnica para extraer gas natural de yacimientos no convencionales se denomina fracking. Se
trata de explotar el gas acumulado en los poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias
estratificadas de grano fino o muy fino, generalmente arcillosas o margosas, cuya poca
permeabilidad impide la migración del metano a grandes bolsas de hidrocarburos. Para ello es
necesario realizar cientos de pozos ocupando amplias áreas (la separación entre ellos ronda entre
0,6 a 2 km) e inyectar en ellos millones de litros de agua cargados con un cóctel químico y tóxico
para extraerlo.
2. ¿Cuáles son los principales problemas de la fractura hidráulica?
Este proceso conlleva una serie de impactos ambientales, algunos de los cuales aún no están
plenamente caracterizados o comprendidos, entre ellos contaminación de las aguas subterráneas,
contaminación atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero (metano), terremotos
(sismicidad inducida), contaminación acústica e impactos paisajísticos. Además de estos
impactos, también se debe tener en cuenta los relacionados con el tráfico de camiones para
transportar el gas extraído, el consumo de agua y la ocupación del territorio.
Agua:
• El proceso de fractura hidráulica consume enormes cantidades de agua. Se ha calculado
que se requieren entre 9.000 y 29.000 metros cúbicos de agua para las operaciones de un solo
pozo. Esto podría causar problemas con la sostenibilidad de los recursos hídricos incluso en
países de clima templado, y aumentar la presión del consumo de suministros en las zonas más
áridas.
• Se sabe muy poco de los peligros ambientales asociados con los productos químicos que
se añaden a los fluidos usados para fracturar la roca, productos que equivalen a un 2% del
volumen de esos fluidos. De hecho, en EE.UU. (el país con más experiencia hasta ahora,
aunque muy reciente, con estas técnicas), esos productos están exentos de la regulación
federal y/o la información sobre ellos está protegida debido a intereses comerciales. Se sabe
que hay al menos 260 sustancias químicas presentes en alrededor de 197 productos, y algunos
de ellos se sabe que son tóxicos, cancerígenos o mutagénicos. Estos productos pueden
contaminar el agua debido a fallos en la integridad del pozo y a la migración de contaminantes
a través del subsuelo.
• Entre un 15% y un 80% del fluido que se inyecta para la fractura vuelve a la superficie
como agua de retorno, y el resto se queda bajo tierra, conteniendo aditivos de la fractura y sus
productos de transformación. Entre las sustancias disueltas a partir de la formación rocosa,
donde está el gas durante el proceso de fractura, se encuentran metales pesados,
hidrocarburos y elementos naturales radiactivos.
• No se puede descartar una posible contaminación de los acuíferos subterráneos y de las
aguas superficiales debido a las operaciones de la fractura hidráulica y a la disposición de las
aguas residuales, ya sea a través de una planta de tratamiento de agua o directamente a las
aguas superficiales. Estos productos químicos pueden, por lo tanto, ser vertidos en los
acuíferos y fuentes de aguas subterráneas que alimentan los suministros públicos de agua
potable. Incluso pequeñas cantidades de hidrocarburos cancerígenos son perjudiciales para losseres humanos. En algunos casos, estas aguas residuales son mínimamente procesadas antes
de ser vertidas a las aguas que alimentan los suministros públicos, y a veces son retenidas en
los estanques que más tarde pueden verter estos productos químicos al medio ambiente.
Contaminación atmosférica:
• Se ha registrado benceno, un potente agente cancerígeno, en el vapor que sale de la
"pozos de evaporación", donde a menudo se almacenan las aguas residuales del fracking. Las
fugas en los pozos de gas y en las tuberías también pueden contribuir a la contaminación del
aire y a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero. El gran número de vehículos
que se necesitan (cada plataforma de pozos requiere entre 4.300 y 6.600 viajes en camión para
el transporte de maquinaria, limpieza, etc.) y las operaciones de la propia planta también
pueden causar una contaminación atmosférica significativa si tenemos en cuenta los gases
ácidos, hidrocarburos y partículas finas.
Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI):
• Es crucial conocer y cuantificar las fugas de metano a la atmósfera y cuestiona ya a la
industria del fracking que asegura que son inferiores al 2%. Sin embargo, un reciente estudio
de la NOAA1
(National Oceanic and Atmospheric Administration) y de la Universidad de
Colorado, en Boulder, determina que en el área conocida como la cuenca Denver-Julesburg
(EE.UU) las fugas son del 4%, sin incluir las pérdidas adicionales en el sistema de tuberías y
distribución. Esto es más del doble de lo anunciado. Cabe recordar que el metano tiene una
capacidad como gas de efecto invernadero 25 veces superior al dióxido de carbono.
• Los promotores del fracking defienden que el uso de este gas permitiría ser más
independientes energéticamente y disminuir la quema de carbón. Sin embargo, los expertos
determinan que, a menos que las tasas de fuga de metano extraído, por esta técnica, se pueda
mantener por debajo del 2%, la sustitución de este gas por el carbón no es un medio eficaz
para reducir la magnitud del cambio climático en el futuro (Según el estudio estadounidense del
año 2011, de Tom Wigley, del Centro para la Investigación Atmosférica -NCAR-). Otro motivo
más para descartar la explotación este tipo de gas y apostar por las energías renovables.
Contaminación acústica e impactos paisajísticos
• Las operaciones de perforación pueden causar una degradación severa del paisaje
(intensa ocupación del territorio) y contaminación acústica simplemente como resultado de las
operaciones diarias (paso de camiones y transportes). Estas pueden afectar a las poblaciones
cercanas y a la fauna local a través de la degradación del hábitat.
3. ¿Greenpeace se opone a todo el gas natural?
La cuestión de fondo es ¿para qué queremos más gas? Por mucho gas que pudiésemos
encontrar en España con el fracking (aún por evaluar) los recursos energéticos que tenemos en
abundancia son las energías renovables. Estas son tecnologías que ya tenemos y con un sector
empresarial y tecnológico dispuesto a aprovecharlas. Puesto que estudios como el “Renovables
100%” de Greenpeace demuestran que podemos alcanzar un sistema energético totalmente
basado en renovables, es absurdo acometer una nueva búsqueda de otros combustibles fósiles
con potenciales graves impactos para el planeta. Además, se corre el riesgo de desviar los
recursos y los esfuerzos que deberían ir hacia las energías renovables y a la eficiencia energética.
Los promotores del fracking prometen importantes ventajas incluso para el medio ambiente. Pero
detrás se esconde una cuestión puramente económica, de la que ya existen denuncias por
especulación al estar creándose una burbuja con la que hacer negocio.
Aunque el “fracking” tuviera éxito, lo único que se produciría es prolongar la dependencia de los
combustibles fósiles, que son limitados e incompatibles con el clima. Cuanto más combustible fósil
quememos, mayor serán los efectos del cambio climático.
Las imágenes tomadas por satélite de la superficie de bosque en Indonesia indican que, entre 2000 y 2008, casi el 10% de la cubierta forestal en las islas se ha perdido. Cerca de una quinta parte de esta pérdida se produjo precisamente en las regiones donde la tala de árboles está restringida o prohibida. Las imágenes obtenidas por satélite tratan de ser una ayuda para Indonesia en el cumplmiento de los objetivos marcados por Naciones Unidas en el programa REDD +, cuyo objetivo es reducir la deforestación y la degradación forestal.
Estos bosques tropicales tienen gran importancia tanto en el ámbito nacional como en el mundial. En ellos, viven un enorme número de especies, que dependen para su subsistencia de los recursos que ofrecen estos ecosistemas, además de ser medios de subsistencia para las comunidades locales. Por último, secuestran grandes cantidades de carbono y, por lo tanto, ayudan a la mitigación del cambio climático. Indonesia posee la tercera mayor área de bosques tropicales de todo el mundo. Pero, por otra parte, también sufre unos altísimos niveles de deforestación. Para paliar este problema, Indonesia ha llegado a acuerdos con diversos países. Para reducir la deforestación se necesitan datos precisos sobre el estado de los bosques, incluyendo cuánto carbono retienen sus bosques y cómo cambia la cubierta forestal. El mejor método para controlar el cambio de esta cubierta forestal indonesia es el uso de la teledetección óptica elaborada mediante datos provenientes de los satélites. Pero el clima indonesio, que a menudo es nublado, perjudica la labor, pues las imágenes por satélite salen demasiado oscuras. Se pueden usar, en esos días nublados, imágenes a una baja resolución, pero no proporcionan suficiente detalle para evaluar de forma precisa la cubierta forestal. Por ello, los investigadores están combinando imágenes de alta resolución del satélite Landsat de la NASA con imágenes menos detalladas del sensor del satélite Terra, también de la NASA. Con este método, se ha calculado que 5,39 millones de hectáreas de bosques se perdieron entre 2000 y 2008, es decir, el 9,2% de la cubierta forestal original indonesia en 2000. La mayor parte de esta pérdida de bosques ha ocurrido en dos provincias: Kalimantan Central y Riau. Además, un 20,1% de la deforestación se ha producido en bosques de producción limitada (13,6%), en áreas protegidas (2,1%) o en zonas de protección de cuencas (4,4%), zonas todas ellas donde la tala está restringida o prohibida. Por tanto, la deforestación en Indonesia se puede reducir fácilmente si se vigilan mejor estas áreas.
MADAGASCAR
la deforestación de Madagascar es el gran resultado de tres actividades: agricultura de corte y quema, ganadería y la producción de leña y carbón para cocinar.
Agricultura de corte y quema La agricultura de corte y quema, conocida localmente como tavy, es una parte importante de la cultura y de la economía de Madagascar- La tavy es principalmente utilizada para convertir los bosques forestales en cultivos de arroz. Tradicionalmente una hectárea o dos de árboles es cortada, quemada y luego plantada con arroz. Después de un año o dos, el campo es abandonado por tres o cuatro años, cuando se repite el proceso. Después de dos o tres de éstos ciclos la tierra está escasa de nutrientes y la tierra aparece colonizada por maleza o hierba. Al hacer seguimiento, la nueva vegetación es insuficiente para lo extenso de las tierras, creando problemas de erosión en sus capas terrestres.
El tavy es la forma más apropiada para muchos Malagasy para proveer a sus familias y a la gente, cuya subsistencia día a día se cuestiona, existiendo un pequeño consenso de las consecuencias de sus acciones en el largo plazo. Desde su perspectiva, entre más forestación haya disponible para el despeje, deben utilizarla antes que sus vecinos lo hagan. La técnica de Tavy para el arroz también tiene sus lazos espirituales y culturales que trascienden la economía y el valor nutricional de la cosecha de arroz.
Corte para Madera
El corte para madera es especialmente un problema de los bosques del Este de Madagascar, especialmente en la Península de Masoala. El alto valor de las maderas duras de Malagasy (principalmente ébano y madera rosada, las cuales pueden alcanzar los $2.000 por tonelada en los mercados internacionales) hace que el corte ilegal sea un problema en algunas áreas protegidas.
Leña y producción de carbón de leña
La endémica vegetación espinosa de Madagascar está siendo cortada a una tasa alarmante para producción de carbón de leña. En Eking se vive vendiendo pequeños atados de carbón de leña a lo largo de las carreteras del Sudeste de Madagascar. Los habitantes locales se dirigen hacia las plantas más cercanas, la cual en éste caso es el magnífico árbol de Alluaudia.
VIDIO
BRASIL
La explotación del árbol pau-brasil
Irónicamente el propio nombre de “Brasil”, según algunos historiadores, está relacionado con la
primera fase de deforestación, a pesar de haber más de 20 interpretaciones de su origen
etimológico. Desde el siglo XI, Europa estuvo familiarizada con el llamado “pau-brasil”, un
árbol nativo de Sumatra cuyo nombre en malayo era “sapang” (del sánscrito “patanga” que
significa rojo). Este era utilizado para teñir de púrpura las sedas y linos de los trajes de los nobles
orientales y luego fue conocida por los nobles europeos tras las guerras de los cruzados.
Cristóbal Colón fue el primero en vislumbrar arboles de pau-brasil en los bosques del Caribe y
en su tercer viaje a América, llegó a recoger poco más de media tonelada. En enero de 1500, el
navegante español Vicente Pinzón cargó sus navíos con 21 toneladas de troncos provenientes del
litoral brasileño. Pocos meses más tarde, el erróneamente llamado descubridor de Brasil (existen
registros documentales comprobando que Pinzón llegó 3 meses antes que Cabral), Pedro
Alvares Cabral en su primer viaje, llevó los primeros troncos de pau-brasil a Portugal junto con
las noticias del “descubrimiento” de nuevas tierras que, finalmente, acabarían asociando su
nombre al del codiciado árbol.
Los especialistas europeos en colorantes naturales percibieron rápidamente que el pau-brasil
nativo de Sudamérica (cuyo nombre científico vendría a ser Caesalpinea echinata) no era tan
eficiente como el similar oriental (Caesalpinea sappan). Sin embargo, con las rutas comerciales
orientales bloqueadas desde 1453 (debido a la conquista turca de Constantinopla), la variedad
asiática se volvió excesivamente cara y el descubrimiento de una variedad occidental fue
saludado con entusiasmo. A pesar de su utilidad y demanda, el valor del pau-brasil era mucho
más bajo que de la pimienta importada de la India. 60 kg de pau-brasil eran vendidos por 2.5
ducados (1 ducado equivalía a 3.5 gramos de oro) mientras que la misma cantidad de pimienta se
compraba en 60 ducados.3
Curiosamente, el primer estudio científico sobre el pau-brasil fue realizado en 1648 por los
botánicos Willen Piso y George Marcgrave, en la monumental Historia Naturalis Brasiliae
hecha bajo el gobierno del conde Mauricio de Nassau, el más importante gobernante holandés,
en la época de la invasión holandesa en el Nordeste de Brasil. La planta fue clasificada en 1789
por Jean-Baptiste Lamarck que la llamó Caesalpinea echinata. El género Caesalpinea fue
introducido en homenaje al botánico y médico del Papa Clemente VIII, Andre Cesalpino y la
denominación echinata proviene de la etimología griega “erizo” y hace referencia a las espinas
abundantes del árbol.
Como todos los esfuerzos de la corona portuguesa estaban concentrados en la conquista de la
India, no había recursos financieros para actuar en dos frentes, por ello, el rey decidió
concesionar por 10 años la explotación de todas las tierras situadas en el litoral occidental del
Océano Atlántico (es decir todos los territorios que por el tratado de Tordesillas pertenecían a
Portugal) a un consorcio de ricos mercaderes lusitanos, liderados por Fernando de Noronha
(¡nombre de la supuesta isla de Utopia!). Adicionalmente, el rey se comprometió a prohibir la
importación de pau-brasil de oriente garantizando a Noronha y a sus socios, el monopolio del
pau-brasil (pregunto a mis lectores, ¿no les parece esto muy actual?).
En Brasil, el pau-brasil crecía originalmente en la planicie costera situada entre los estados de
Río Grande do Norte y Río de Janeiro, en medio de una exuberante selva tropical conocida hoy
como Mata Atlántica. Había ejemplares tan gruesos que tres hombres no podían abrazarlos y
cuya altura podía alcanzar los 30 m.
La explotación de pau-brasil fue realizada a un ritmo tan feroz que, a lo largo del siglo XVI,
portugueses y franceses (estos últimos de manera “ilegal” según los portugueses) llevaron, en
promedio, ocho mil toneladas de madera por año hacia Europa. Solamente en el primer siglo de
explotación, cerca de dos millones de arboles fueron derribados, un promedio espantoso de 20
mil por año o casi 50 al día. Además de la extracción de la madera, el comercio de animales y
otros productos ocasionaron una importante degradación de la biodiversidad. A título de
ejemplo, en esta época, un navío de contrabando francés, capturado por los portugueses, llevaba
en sus bodegas un cargamento que consistía de 3000 pieles de “onça” (jaguar), 600 pericos, 1.8
toneladas de algodón, además de aceites medicinales, semillas de algodón y minerales. En 1605,4
la corona portuguesa, alarmada con los informes sobre la tala indiscriminada, pasó a controlar la
extracción y hasta asignó algunos guardias forestales a la zona donde la extracción era más
común; pero el árbol se encontraba virtualmente extinto. Actualmente, el pau-brasil, cuyo
nombre fue utilizado para bautizar al Brasil, sobrevive magramente en las reservas forestales y
jardines botánicos y muy lentamente empieza a ser reintroducido en su ambiente natural.
La colonización y la caña de azúcar
Terminada la explotación de pau-brasil y con las constantes invasiones francesas y holandesas,
Portugal finalmente decidió colonizar Brasil. Vale la pena resaltar que fue un proceso mucho
más sencillo que en el caso de México o Perú, pues las poblaciones que ahí vivían, en la escala
de desarrollo, apenas daban los primeros pasos hacía la agricultura de subsistencia, superando así
su condición paleolítica, y sumaban, según algunos autores, tan sólo un millón de individuos.